jueves, 26 de julio de 2012



LA CRISIS DEL SINDICALISMO

Un sindicato es, en su concepción más simple, una organización integrada por trabajadores y trabajadoras en defensa y promoción de sus intereses sociales, económicos y profesionales relacionados con su actividad laboral. Este puede ser el punto de partida para hacer una evaluación de la situación actual de nuestro sindicato, en otros tiempos referencia obligatoria de lucha y combatividad de la clase obrera venezolana.

Sería justo decir que esta decadencia sindical es producto indudablemente del avance del capitalismo a nivel mundial. En Venezuela se puede aseverar que el movimiento sindical nació herida de muerte, ya que sus inicios fueron de la mano de los partidos políticos, lo que más adelante determinaba el éxito o fracaso de las negociaciones y conquistas laborales dependiendo el “acomodo” político que se presentara en el momento. Es así como la esencia misma de la lucha sindical se pintaba del color político que más conviniera para los intereses de los partidos, el patrono y el gobierno de turno.

Lo que vemos en la actualidad, especialmente en SIPRECEC no más que la repetición cíclica de estos eventos, un sindicato entregado totalmente a la política, durmiendo el dulce sueño de la complacencia ante un patrono hostil, que ha realizado un ataque sistematizado e inmisericorde a la clase obrera negando, incumpliendo y pisoteando las justas reivindicaciones que en su momento fueron logros importantísimos para los trabajadores del sector eléctrico venezolano, y más allá, son aun punto de referencia en las discusiones colectivas de trabajo de otros sectores económicos.

La combatividad que en su momento representó este sindicato quedo perdida en el tiempo, su junta directiva actual (en ella incluyo a los líderes de la plancha 3 y la 19 que son la misma cosa) cometió también un error común de la política y el movimiento sindical, y es, el no asegurar la continuidad de los ideales y de las luchas a través de la formación de los individuos que integraran las futuras generaciones de relevo, demostrando de esta forma un compromiso ético y tangible, de desarrollo y evolución de las conquistas laborales a través de la progresividad de los mismos.

Estos factores son para mi modesto punto de vista, elementos primordiales en la perdida de los espacios conquistados, y es justo ahora el momento de retomar las sendas de la lucha por la unidad de la clase obrera. Pero no solo desde un punto de vista discursivo, sino con hechos, debemos ser capaces de transcender esta brecha que deja la actual junta directiva de SIPRECEC y comprometernos en la reconstrucción de un movimiento sindical que responda verdaderamente las exigencias actuales de la clase trabajadora. ¿Pero cómo hacemos esto? ¿Quién puede revertir esta situación de crisis y comenzar de nuevo la consolidación de una dirigencia que corresponda las exigencias de los hombres y mujeres del sector eléctrico?

Estas preguntas tienen una sola respuesta, y no es más que la unificación de todos los trabajadores y trabajadoras, bajo unas premisas claramente establecidas de participación, compromiso, lucha de clase, unificación y por sobre todo protagonismo, olvidándonos de falsos lideres que bastante daño le han hecho a nuestro sector y que ahora como siempre vienen a ofrecernos desgarrarse las vestiduras cuando en todos estos años no han hecho más que alinearse con el patrono y abandonar a su suerte a los trabajadores de la Corporación.

Desde el Grupo de Opinión Resistencia y Dignidad Revolucionaria hemos lanzado una vía expedita y clara que puede integrar soluciones interesantes a la actual crisis de liderazgo que padecemos. Proponemos que nosotros todos los trabajadores de base elijamos directamente, de forma democrática, un equipo de compañeros, comprometidos con los intereses laborales, más allá de colores y tintes políticos, con ánimos de revertir esta crisis a través el trabajo mancomunado, de frente con las bases, que respondan a las personas y no a sectores que han contribuido al deterioro de las condiciones de trabajo que hoy vivimos.

Como decía el cantor Alí Primera “el pueblo es sabio y paciente” solo los trabajadores salvamos a los trabajadores. Estos son tiempos de lucha, por delante tenemos una tarea difícil, muy difícil, que solo con un trabajo constante y sostenido, unificado, con ética y moral, podemos llevar a cabo. Debemos tener muy en cuenta que esto no es la lucha de un solo grupo de personas, el éxito de las acciones que deben emprenderse esta centrado en la participación protagónica de cada uno de los trabajadores, por el rescate de la dignidad, de los valores, de ese sentido de pertenencia que se ha quedado perdido en el tiempo, por el crecimiento y consolidación de la corporación para convertirla en una empresa autosuficiente, económicamente independiente del estado, que permita el desarrollo técnico de sus trabajadores, el crecimiento social y económico que nos merecemos, por la recuperación de la calidad de vida en el trabajo, donde se garanticen centros de trabajo seguros, en fin que demos ese salto cualitativo tan necesario para nuestro buen vivir.



POR LA UNIFICACION DE LAS BASES Y EL RESCATE DE LA LUCHA Y LA DIGNIDAD DEL SECTOR ELECTRICO NACIONAL

PARTICIPEMOS ACTIVAMENTE EN LAS DECISIONES QUE NOS AFECTAN

ES TIEMPO DE DEJAR LA DECIDIA, VAMOS A PROTAGONIZAR LOS CAMBIOS QUE CORPOELEC REQUIERE PARA SU CONSOLIDACION.



JOAN CONTRERAS

OPERADOR DE LA SUBESTACION GUACARA 2.

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