MÁS BULLA QUE LA CABULLA 

NUEVA LEY DEL TRABAJO 

Eso es lo que suele pasar cuando se generan expectativas que después no se corresponden con los resultados. Durante meses se creo un ambiente de que esta ley seria “revolucionaria”, “socialista”, “para la transición al socialismo”, se recogieron firmas de apoyo a algo que no se conocía pero que supuestamente significaría eso para la clase trabajadora, se dijo que se hicieran propuestas, se dejo “filtrar” a la opinión publica cosas que supuestamente tendría, pero después esto no fue así. 

Es una ley BUENA, hasta en algunos aspectos podríamos catalogarla de MUY BUENA, esta sigue reflejando que en nuestro país y gracias al proceso de cambio que se empezó con este Gobierno todavía avanzamos en beneficios y cambios importantes para mejorar nuestras vidas y nuestros derechos. Más se destaca esto si lo comparamos con la verdadera hecatombe que viven en otros países, como en Europa y el mismo Estados Unidos, donde están haciendo caer todo el peso de la crisis capitalista que viven sobre los hombros de la clase trabajadora, como siempre hacen los capitalistas. 

Es un gran triunfo el recuperar la RETROACTIVIDAD DE LAS PRESTACIONES SOCIALES y lo es también todo el contenido sobre la maternidad y su protección, lo es el tema de la jornada de trabajo, las mejorías en la estabilidad laboral (aunque esta no es total como se ha dicho) y aunque es muy contradictorio lo que dice sobre el trabajo “tercerizado”, hay definiciones importantes en eso que permitirán avanzar en las luchas contra esta forma de vil explotación. Hay avances en lo de la autonomía sindical, como por ejemplo que se elimina que era el Consejo Nacional Electoral el que autorizaba y manejaba las elecciones de los sindicatos. En definitiva, es un AVANCE, un IMPORTANTE AVANCE. 

Pero ni es socialista, ni tan revolucionaria y para nada facilita o promueve los cambios en lo que se llaman “las relaciones de producción” (es decir la manera como estamos organizados en la sociedad para producir las cosas, los bienes y servicios y sobre el control y la propiedad de los medios que los producen y generan). El control de estas relaciones de producción se ratificó que sigue totalmente en manos y bajo decisión absoluta de los patronos privados y de los funcionarios que la Tecnocracia burocrática del Estado ponga al frente de las empresas e instituciones que sean de propiedad del Estado. En esto NO SE CAMBIO NADA de la vieja ley y seguirá siendo una bandera de la clase trabajadora y una meta a conquistar, pues sin esto, sin este cambio de fondo, todos los demás avances pueden ser una ilusión temporal que los capitalistas y burócratas podrán interpretar a su antojo e incluso eliminar.